SOBRE LA INEXISTENCIA

Hablemos sobre la inexistencia. Decimos que lo inexistente no-es, en tanto que la existencia sí es. De aquí que la idea de inexistencia nos remita al Ser, pero como privación del ser, y no como presencia del ser. No obstante, sólo hay privación después de la presencia. La inexistencia refiere al ser en la medida en que precisamente lo niega; dicho de otro modo, la inexistencia niega la presencia del ser en ella, y a la par que lo niega, se priva del ser. La inexistencia como privación del ser, nos lleva a considerar dicha idea como negativa (pues la inexistencia niega al ser). El Ser existe, el no-ser, es inexistente; pero es inexistente solamente en la medida en que niega al Ser. Entonces, el Ser es primero y originario del no-ser, dado que solo es comprensible éste último a través del Ser como idea negada. La idea de privación del Ser implica la existencia anterior del Ser. La privación refiere siempre a aquello de lo cual se priva. La inexistencia de un ente es absoluta cuando en esencia, el ente definido no es sustancial, sino formal, místico, mágico. No obstante, aun en el caso del misticismo, es necesario contar con un elemento corpóreo del cual se atribuyan luego facultades mágicas, místicas. De aquí concluimos que el no-ser siempre es predicado del Ser, por eso, el Ser es primario y el no-ser: consecuencia negativa del Ser. 


Veámoslo así: decimos que los espíritus son absolutamente inexistentes; no obstante, sus composiciones materiales no distan de la composición anatómica de un individuo humano, o inclusive de la de un animal (o una mezcla de varios). En este sentido, lo inexistente (espíritus) están recogiendo elementos sustanciales de lo real (anatomía humana o animal), pero en este sentido únicamente alcanzamos a concluir que lo inexistente, existe parcialmente. Todavía nos falta por reconocer la esencia de lo inexistente y del por qué los espíritus <<realmente>> son inexistentes. 
Aclarado el primer sentido en que cabría resolver la cuestión (que denominaré sentido sustancial), ahora me dispongo a exhibir el sentido esencial de esta resolución. Si bien a los espíritus se les atribuyen elementos de la realidad en su composición, el error radica en separar la <<conciencia>>, sea humana o animal, de su núcleo fundamental: el cuerpo, ósea, la anatomía humana o animal. Pues cabe mencionar que los espíritus precisamente son definidos como <<incorpóreos>>, esto es, son alma, energía, formas puras, etc. Pero al espíritu se le atribuye también un comportamiento con voluntad propia tal cual un humano o un animal; aunque con la aberrante diferencia de que el espíritu no tiene cuerpo, como sí lo tiene el ser vivo. En síntesis: el error en la idea de espíritu (y he aquí el fundamento esencial de su inexistencia), consiste en separar lo inseparable (la Conciencia del cuerpo del ser vivo pensante, o la Inteligencia del cuerpo del ser vivo con sistema nervioso). 
En conclusión, los espíritus son en sentido sustancial, parcialmente existentes dado que todo inexistente recoge elementos previamente existentes para luego volverse entidad inexistente. Por ejemplo, los ángeles y las alas, o los demonios y los cuernos, o Dios y la Inteligencia, etc. 
En sentido esencial, la inexistencia de una entidad se genera cuando se identifica como sustancial lo que es más bien atributo de la sustancia, ósea, la Inteligencia o la Conciencia como sustancias independientes del cuerpo vivo. Por ejemplo, cuando se habla de una Inteligencia capaz de diseñar al Mundo, sin ser él mismo aquello que diseñó, es decir, sin ser cuerpo. Dicho de otro modo, cuando lo inseparable, se separa. 
El sentido primario de los espíritus es el sentido sustancial que he definido, del cual se sigue el sentido esencial como secundario, esto es, como desarrollo cultural e histórico del espíritu. 


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