BREVE ENSAYO RESPECTO A LOS CLICHES, LA INNOVACION LITERARIA Y LA BUSQUEDA DE UN AUTOR PERFECTO QUE NOS MUEVA HACIA ÉL (SEGUNDA PARTE)

1.- ¿Qué es la innovación?
Innovar consiste en traer al presente algo del pasado, convertido en algo diferente, y son estas diferencias del ente convertido respecto al ente anterior, las que definen la innovación.
Así pues, es necesario innovar partiendo de algo ya existente, aunque para que exista innovación, lo ya existente no debe permanecer igual después de la innovación, de otro modo, no habría innovación realmente. Puede haber innovación en cualquier campo técnico, tecnológico o científico. Pero dado que nuestro enfoque es más bien literario, nosotros vamos a hablar de la innovación literaria, esto es, la innovación cultural a través de la literatura. Vamos a revisar esto más detenidamente.
La innovación parte de algo pasado para luego concluir en un futuro distinto a lo pasado, aunque incluido en él. Por ahora, vamos a indagar este pasado del cual deberíamos partir. Podemos partir o bien de los clichés o bien de los cánones literarios. Los clichés se confunden con los cánones porque nada los distingue aparte del campo en donde son aplicables, a saber, que la idea de canon es expandible a algunos sectores del conocimiento, mientras que la idea de cliché está restringida al campo artístico. Por otra parte, podría decir que los distingue la frecuencia con que son repetidos, y entonces, un canon literario podría haber sido cliché en sus tiempos, y luego ya no. Por lo cual, la idea de cliché parece muy vacua e inconsistente, y sin embargo, la intentaremos definir del modo más acertado que nos sea posible. Así que diremos que un canon artístico tiene que ser popular en el presente para poder ser considerado un cliché; de modo que si no es popular en el presente, no será cliché; aun cuando en el pasado haya sido popular: entonces su periodo cliché habrá finalizado ya. Aunque permanezca como un canon artístico en desuso.
Ahora bien, la innovación existe por manipulación humana, de modo que sólo hay innovación en un campo de conocimiento porque hay manipulación humana que permita semejante progreso, luego, sin humano, no hay manipulación ni tampoco campo de conocimiento, ya que no hay ente cognoscente, por ende, la innovación sería imposible en semejante escenario. Esto resalta el carácter antrópico de la idea tratada.

2.- ¿Cómo se innova?
Situándose en el campo que se pretende innovar, nosotros, como escritores y autores, nos ubicamos en el campo literario. Luego, nuestro deber no es simplemente innovar “la obra” en tanto literaria. Esto sería caer en pretensiones vanguardistas, que sólo nos llevarían a delirios ególatras, místicos y utópicos. Razón por la cual, nosotros no aceptamos la posición del arte por el arte, el escribir por el solo escribir, esa es una reflexividad nefasta para nuestra autoridad influyente sobre la sociedad, sobre el otro ajeno a mi yo. Por ello, nosotros nos declinamos por un arte por la cultura, un escribir por la sociedad. De aquí que para nosotros innovar no sea un innovar la obra como tal, decorándola, rellenándola, maquillándola… nuestra labor es innovar la cultura de nuestra sociedad, educar a los demás a través de nuestras obras como herramientas principales.
Persona que tiene ideas como metáfora de bombillas | Foto GratisHe aquí la innovación que nos hace falta. No escondernos en nuestra alcoba a escribir para nosotros mismos mientras afuera el mundo es un desastre ideológico, político y cultural. Es preciso abrir la ventana, dejar al sol entrar y ver lo que hay fuera, metafóricamente hablando, por supuesto. Por ello, es preciso dedicar nuestra escritura al cambio en el alma individual de cada lector que agarre nuestra obra para indagar la información contenida en ella. Obviamente, tomar esta posición nos aleja de la paz y tranquilidad que obteníamos al hacer literatura por el simple acto de hacerla, y en cambio, hacerla para modificar la cultura de cada cual, ampliarla, sofisticarla, y es que obviamente nos llegaremos a preguntar, ¿sofisticar y ampliar la cultura de otros no implicaría tener que ampliar y sofisticar nuestra propia cultura personal? Una responsabilidad así no quisiera abordarla nadie, es cierto, y sin embargo, nunca faltan osados intelectuales que se atreven a entender y criticar los modelos de sus tiempos, y así, emprender esta inmensa tarea que, sin duda, podría acarrear una vida entera. Ya lo he notado en aquellos valientes artistas soviéticos que defendían un arte usado como método pedagógico para instruir a la población en Historia Universal. Pero tareas así son arduas, lo sé. Y somos jóvenes, habrá que empezar por algo.

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