LA CORPOREIDAD DE LO INTELIGIBLE

Decimos que la corporeidad se halla en todo objeto físico. Por ello, decimos que los cuerpos son evidentes y sensitivos: están ahí, no en mi mente sino en algo externo a mí. Proseguimos, y decimos que lo inteligible es no-corpóreo en tanto que es realmente una cualidad inherente a los mismos (no una sustancia cuantitativa), como su altura o su peso, por ejemplo; o, por otro lado, en una relación existente entre dos o más cuerpos, que podemos ejemplificar en la distancia que los separa. Por tal, el enunciado principal, nos anticipa un tratado de los cuerpos y su relación con la materia inteligible que, aunque no sean lo mismo, nos parece absurdo tratar a ambas independientemente de la otra. Un trabajo tautológico: quizá. Innecesario: solo sus lectores directos podrán considerarlo.
Lo inteligible, como hemos expuesto, tiene su existencia real fuera del sujeto que ordena los cuerpos; aunque tal orden y relación, sea causada efectivamente en inicio por un sujeto que contempla y organiza. Es decir, aunque el orden y relación sean seres ajenos al sujeto y propios de los cuerpos y las cosas ordenadas y relacionadas; no habría tal orden y relación de no ser por un sujeto que configure sistemáticamente tales ordenes y tales relaciones. Así pues, afirmaremos que es gracias a este proceso iniciado por el sujeto consistente en ordenar los cuerpos en un sistema externo a él, e inmanentes a los cuerpos involucrados, que el sujeto se disuelve y se pierde en su propia construcción, no dejando siquiera huella de sí en ella. Pues aunque lo inteligible sea procesado por la mente, resulta vago considerarlo como una especie de “residente” en ella, o una "invención" de ella; puesto que al tener su referencia en los cuerpos, éstas medidas u órdenes, tendrían que estar afirmados por evidencia, primero; y luego por consenso, para que así puedan adquirir un carácter concreto y objetivo. Si bien es cierto que, prácticamente, toda forma de medida y orden es un existente por consenso. 
Por tal, respecto a lo inteligible, diremos que hay un mundo externo a nuestra individualidad, del cual <<emerge>> lo inteligible. Y que este mundo, entendido como un ser inteligible y no corpóreo, no deja de ser por esto el mundo <<que vemos>>, aunque sí sea un tipo de materia distinta de la corpórea. Y los cuerpos, diremos, surgen de un contacto directo y sensitivo por parte del sujeto que contempla (sujeto que no es ni una mente andante ni un cuerpo andante: sino precisamente la conjunción dialéctica entre ambas), con el objeto físico y perceptible, de tal modo que en conjunción, nos derivan hacia una estructura inteligible, y representativa de este Mundo. No obstante, aunque un orden no sea corpóreo, resultaría una necedad considerarlos independientes del contenido corpóreo sobre el cual se aplican. 

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